Educa-On

Educa-On

lunes, 14 de julio de 2014

Esos temidos momentos

¡Qué momentos! ¿Eh?
Tensión... Llanto... Gritos... Patadas...¡Qué no quieroo...! !Qué si porque lo digo yo que soy tu madre¡




¿Os suenan estas situaciones verdad? Las famosas RABIETAS que se producen en los niños de entre 2 y 4 años en el momento menos oportuno... Seguro que todos habeis leído alguna vez algo sobre ellas, qué son, cómo hay qué actuar... y seguro que todos habeis reaccionado de formas distintas.

Voy a explicar un poquito qué son estas rabietas, por qué se producen y algún consejillo (advierto: no es milagroso) que se puede utilizar.

Esos llantos y gritos tan molestos y en algunos casos vergonzosos para muchos padres, son una de las formas que un niño de entre 2 y 4 años tiene de comunicarse con nosotros. Si pudiera, estoy segura de que él/ella también preferiría sentarse y razonar tranquilamente sobre comprar o no comprar los gusanitos en el supermercado, pero que le vamos a hacer, no sabe hablar practicamente, pues mucho menos expresará su frustración. Por tanto llora, grita y patalea.

Sé que en esos momentos entender que no nos está desafiando es muy muy difícil porque, ¡hasta se le ve en la cara que sabe que nos molesta muchísimo que haga eso! ¡Nos desafía! ¡Sabe que nos ponemos nervios@s!
Pues... en realidad no, tenemos que entender aunque sea muy difícil y más en el momento de la rabieta, que no nos está tomando el pelo. En realidad, quiere decirnos, "oye, vosotros, dejad de decidir por mi ya". Y esto es un logro, comienzan a ser autónom@s.
Aquí me gustaría echar un cable a los niñ@s... a ver, padres del mundo, ¿Qué mas da que tu hijo se quiera poner un pantalón de rayas con una camisa de cuadros? ¿O en vez de merendar un bocadillo de jamón lo quiera de queso? Si enseñas a tus hij@os a tomar decisiones desde pequeños, a elegir, lo harán mucho mejor de mayores. Ya tenemos muchos conflictos a lo largo del día, ¡huye de los que puedas evitar!

Dicho esto, sigo y voy acabando. Seguro que habeis escuchado muchas veces esta frase: "Cuando tu hijo tenga una rabieta, no le prestes atención". pues... no es muy acertado que digamos, si ya está frustrad@, eso lo aumentará mucho más. Por el contrario, habla con calma (aunque lo que más desees en ese momento sea mandarlo a freír esparrágos); ofrece alternativas, negocia; deja claro que ese no es el modo de conseguir las cosas; premia con palabras cualquier cambio de actitud y lo más importante... ¡RECUERDA QUE TÚ ERES EL ADULT@!

Después de esta breve explicación sobre el gran mundo de las rabietas, también hay que echar un cable a los padres. Digamos que nuestro angelito tiene una rabieta por la elección del pijama, ¡Rabieta descomunal porque el pijama de Spiderman se está lavando! Son las diez de la noche, no has cenado y estás cansad@...Como acaba la cosa... ¡Te pones el de Batman porque yo lo digo y punto! Pues bien, podeis estar tranquilos, no van a frustrarse, dormirán mucho más plácidamente que nosotros y al día siguiente estarán como una rosa demostrando el amor por sus papás.

¿Muchas de las rabietas del día a día son evitables?
¿Qué trucos utilizais para que no se produzcan?


1 comentario:

  1. Ostras, qué difícil!! Pensaba que lo que había que hacer era dejarles que se les pasara, aunque en ese momento lo típico es "a que te doy en el culo y lloras con razón!" (Jajaja)
    Supongo que en la primera rabieta pagas el pato y a la quinta o la sexta ya les tendrás pillado el truco.

    ResponderEliminar